Tuesday, February 07, 2017

¿Qué es y para qué sirve una rúbrica en educación?


  • Una rúbrica no es una tablita de calificaciones. 
  • No es un estándar aplicable a todos los alumnos, a todos los aprendizajes. 
  • Es más bien un traje a medida para estructurar el conjunto maestro-discípulo-aprendizaje.
  • Es la firma de la maestría de un experto

¿Para qué sirve una rúbrica?

La finalidad de una rúbrica educativa es guiar y acompañar el proceso de aprendizaje hasta llegar al dominio de la disciplina emprendida por parte del discípulo.
Dominio es conseguir que la persona habitualmente resuelva competentemente las situaciones que se van presentando.Que salga de apuros de la mejor manera posible.
Construir el hábito de resolver adecuadamente los problemas, requiere un proceso de logros progresivos y guiados. La rúbrica educativa es un auxiliar de esa guía.

¿Cómo apoya una rúbrica el proceso de discipulado?

El maestro modela, pone el ejemplo, da muestra de las actitudes requeridas para resolver las situaciones sucesivas. Ejecuta ostensiblemente las habilidades necesarias para enfrentar el problema. Se asegura que su discípulo comprenda los conocimientos imprescindibles, por separado y en su conjunto,  en forma y fondo. En un todo multirelacionado.
La rúbrica es la firma de la sabiduría, lograda por quien ya ha recorrido toda esa jornada hasta saber a fondo todos los detalles de ese tipo de situaciones. La rúbrica es una ayuda externa. Apoya al alumno, pero en principio no suple al maestro. Es una herramienta que regala el maestro a su discípulo. Un mapa de viaje con lista de provisiones necesarias.

Ayuda en la evaluación del aprendizaje.

La rúbrica ayuda a hacer objetivo el avance en ese camino. Externaliza la sabiduría del maestro. La divide en partes alcanzables. Hace evidentes para ambas partes los detalles a alcanzar para el avance. Exhorta a quien enseña para que muestre esos hitos,  y orienta a quien aprende para que los reconozca cuando logre verlos.
La rúbrica permite a ambas partes evaluar, poner un valor al avance, según los criterios establecidos previamente por el maestro desde su larga experiencia. La rúbrica se vuelve entonces una escala de medición. Mide cualitativa y cuantitativamente. 
Toda cuantificación es en realidad la comparación de dos dimensiones cualitativas. La dimensión de lo medido contra la dimensión de la unidad patrón.
La rúbrica compara la cualidad alcanzada por el discípulo, contrastándola con el dominio logrado habitualmente por el maestro. No es intimismo, ni subjetivismo,  sino que compara dimensiones externas, evidentes a ambos. Datos utilizados, habilidades implementadas, actitudes conductualmente visibles al operar. Los cuantos de la evaluación con rúbrica es una unidad patrón establecida didácticamente por el maestro. Él que conoce el puerto sabe cómo acercar su barco. El capitan experimentado puede reconocer cómo graduar la aproximación. Se convierte en estándar de medida para esa habilidad. Puede proponer una unidad patrón para medir el desempeño.
De esta manera, la competencia a lograr en el aprendizaje es graduada, cuantificada en metas evidentes, alcanzabes, sucesivas y programables. Con la rúbrica el discípulo sabe qué se espera de él, y descifrando rúbrica, sabe cómo ir construyendo ese resultado. 

La rúbrica permite al discípulo independizarse de su maestro.

La rúbrica establecida por el maestro se convierte en un programa de práctica. Compara la evidencia lograda por el alumno, con la mostrada por el maestro. Esta muestra progresiva de evidencias es requerida por el maestro. Éste va aceptando el grado de dominio que va mostrando el discípulo.  Muestra externamente lo que el pupilo va logrando internamente. El maestro evalúa el hábito construido por el alumno para resolver la situación presentada. Se va repitiendo la solución de situaciones cada vez más complejas y retantes. El discípulo va reconociendo cada vez más detalles y cada vez más finos en la enseñanza de su maestro. Los va interiorizando, automatizando, habituando.

Con ayuda de la rúbrica de su maestro, puede el discípulo ir siendo independiente y finalmente aprender solo. De la rúbrica puede conocer el grado de logro que ha conseguido,  aún antes que su maestro le dé realimentación con su juicio de valor. Siguiendo lo que se evalúa en la rúbrica, el discípulo no sólo sabe cómo llegar a ser competente, sino puede saber cuándo ya es competente. Sabe que ha logrado dominar ese tipo de situaciones.

Colofón

Una rúbrica es el concentrado de la sabiduría del maestro, que si la modela con destreza, se practica con empeño, y se aprovecha para llevarla hasta sus límites, puede ser el eje estructurador del proceso enseñanza aprendizaje, y de paso, evaluar el domino de la competencia del alumno. Evidentemente una buena rúbrica da muestras de un buen maestro.



Humberto Macías Navarro

Es asesor que colabora en el 
centro de desarrollo educativo
y tiene dos décadas de experiencia 
docente, diseño educativo presencial
 y a distancia